
En siglo XXI, la llamada guerra contra el terrorismo,
luego de los ataques de septiembre de 2001, ha dado origen a una nueva manera
de concebir los conflictos, una de las tantas caras de globalización.
Además, otros enfrentamientos regionales o
internas han involucrado a ciertos países
por razones étnicas, religiosas o políticas, como en el caso del conflicto- árabe
israelí, la crisis del estado sirio y Egipto, la presencia del estado islámico y
la reciente guerra civil ucraniana entre las más impactantes.

El principal argumento para esta situación, es
que con el estallido de las guerras de gran escala, se presentan crisis económicas
de largo plazo.
Contrariamente, las guerras cortas permiten convulsionar
países en poco tiempo, remplazar sistemas económicos completos y abrir las
puertas a la incursión de nuevos mecanismos de explotación económica y
mercantilista.

Ahora el conflicto mundial y regional,
desemboca en la carrera armamentista o tecnológica y en una guerra comercial e
intereses económicos que promete perdurar dado al contexto actual en el mundo.
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